sábado, 27 de noviembre de 2010

MIS DÍAS EN PALACIO (VII)



El miércoles pasado hubo en Palacio  otra ceremonia de gran colorido y tradición. Al contrario que en el Cambio de Guardia, en esta ocasión,  debido a la presencia del Rey, no se permitía entrar a los visitantes, han tenido que conformarse con ver pasar la comitiva por algunas calles, o desde las rejas del Patio de Armas.
Se trata de la presentación  al Rey, de las Cartas Credenciales de los  nuevos embajadores de países extranjeros acreditados en Madrid.
Éstos son transportados uno a uno desde el Palacio de Santa Cruz, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, en carroza, y custodiados por los lanceros de la Guardia Real, hasta el Palacio Real.
Como dejo insertado un vídeo no entro en más explicaciones sobre la ceremonia, sólo voy a hacer unos pequeños apuntes:
—Los caballos de tiro de la carroza no pertenecen a la Guardia Real  ubicada en el Pardo, estos caballos están permanentemente en  las caballerizas que el palacio tiene en los bajos. En sencillas carrozas cargadas con tres mil kilos de peso, son entrenados por los caballerizos en EL Campo del Moro.
—Al uniforme del personal de carrozas le llaman la Federica y data del siglo XVIII.
—Como soy un poco curiosa pregunté a quien tenía que preguntar, qué les parecía a los Embajadores el pasear en carroza por las calles de Madrid, y la persona me contestó que estaban encantados. Y como seguí peguntando me explicó —siempre generalizando— que los más complacidos eran los norteamericanos (por eso de la tradición) y los representantes de gobiernos populista de Hispanoamérica, aunque yo he visto como el embajador de un país europeo muy, muy moderno, se trajo a su hija y a las compañeras de clase, para que con banderitas le saludaran al paso de la carroza por el Patio de Armas, y él encantado les devolvía el saludo.
¡Lo que son las cosas!