Recuerdo que bosteza
en los campos de mi infancia.
Abrazo en verde y blanco,
con aderezos pardos y rojos
que adornan tu falda casta.
Presumida y arrogante,
luciendo con gracia tus colores
irrumpes en primavera,
claveteando con empaque
y donosura los alcores.
Como quinceañera de antaño
perfumada y seductora
con resina odorífica
proteges tu belleza innata,
que a los osados,
que no les basta con admirarte,
espanta.
Hasta tu grafía me atrapa,
se deshace dulcemente en mi boca,
se aventura en mi garganta,
y en un juego de palabras,
me envuelve como una caricia
tu nombre: jara.
(Es una planta que por su olor y sus flores me encanta, de ahí mi nick)