jueves, 10 de marzo de 2011

EL RELOJ DE MI TIEMPO


El reloj de mi tiempo
examina mis días
desde su pared caliza,  
disfruta observándome,
todavía, desde lejos,
o eso creo,
y yo que no quiero que se pare,
no me olvido, cada mañana,
de darle cuerda al levantarme.

El reloj de mi tiempo, a veces,
asoma el hocico
y agita su guadaña,
y yo, que sigo laborando sueños
y desmenuzando instantes,
le grito enfurecida
que mi  última hora  
no ha llegado todavía.

Y entonces él  se esconde
y yo sigo dándole cuerda.