lunes, 31 de enero de 2011

LADRONES

         ¿Qué es la vida? El diccionario de la Real Academia Española en una de sus definiciones dice: “Proceso en el que un conjunto de reacciones bioquímicas  producen un incremento de sustancia viva”. ¡Demasiado frío y teórico! ¿Qué es la vida? ¿Qué es mi vida? Me satisface la respuesta que me doy de que mi vida y la de todos, es un inestimable regalo que alguien, no sé quien, nos ha hecho. Sí, alguien desconocido, porque nuestros progenitores son meros transmisores, mensajeros designados para hacérnoslo llegar. Un regalo muy valioso, modelo único, no existen réplicas, y cada uno de nosotros tiene su regalo particular, su regalo de la vida. ¿Qué hacer con un presente tan preciado? Disfrutarlo intensamente, explorar y hacer nuestra cada posibilidad que el obsequio esconde. El destinatario tiene la obligación y el derecho, incluso si llega defectuoso, de disfrutarlo hasta la saciedad, cuanto más, mejor, ya que nunca va a recibir un presente igual, ni siquiera parecido, porque es único y genuino. Nadie puede arrebatarnos nuestro maravilloso tesoro, es nuestro por derecho, es lo único realmente nuestro; no es necesario inscribirlo en ningún registro, no necesita de escritura pública (la partida de nacimiento es un simple trámite que reafirma lo obvio), cuando nuestro cuerpo lo recibe pasa automáticamente a ser propiedad privada, y nosotros, sólo nosotros, estamos autorizados para hacer con él lo que nos venga en gana. 
         Pero... ¡ay!, ¡cuántos ladrones hay sueltos! Hay ladrones de joyas, de bancos,de corazones, de esperanzas, de ilusiones, de orgullo,  de recuerdos, ladrones de... de todo lo habido y por haber. Sin embargo, los peores de todos son los ladrones de vidas. No hay discurso ni doctrina ni sofisma ni nada de nada, que explique y justifique el comportamiento de estos rateros de vidas. Porque... ¿para qué les sirve lo hurtado? Para nada, y puesto que no pueden aprovechar el regalo sustraído, su  fechoría se convierte en la personificación de la sinrazón. Ellos ya tienen su propio regalo, entonces... ¿por qué ese empreño en apoderarse de lo ajeno? Además, una vez robado no hay vuelta atrás, no hay forma de rectificar, lo robado no puede ser devuelto, el regalo queda destruido sin posibilidad de reconstrucción. Se pueden  recuperar las joyas,  el dinero, el corazón, la esperanza, el orgullo, los recuerdos, etc., pero jamás se puede recuperar la vida robada. 


(Dedicado a las víctimas de violencia de género y terrorismo)