viernes, 28 de enero de 2011

CIVISMO

Tengo la costumbre de observar a la gente que me rodea, no hay premeditación por mi parte, lo hago sin darme cuenta. Sin darme cuenta, también, analizo pequeños detalles en el comportamiento que, para mí, denotan rasgos de su personalidad, son como fotografías inesperadas. No soy psicóloga, así pues, bien pudiera estar equivocada y lo único que demuestra es que soy una puntillosa.
La calle, el parque, el metro, o cualquier otro lugar público, está a nuestra disposición para su utilización y disfrute, de  nuestro sentido del civismo dependerá que se mantengan limpios, que transitemos con comodidad, y que todo resulte más cómodo y fácil.  
Lo que detallo a continuación, me indica que hay personas que están  un poquito faltos de él.
    La persona que fuma por la calle y al llegar a la boca de metro, tira la colilla al suelo,  justo delante de la papelera/cenicero colocada allí para tal fin.
    Quien en las escaleras mecánicas se instala en la izquierda obstruyendo el paso a los que llevan prisa, e incluso se molestan cuando les pides que se aparten.
    Los jóvenes que en el metro ponen la música tan alta que, a pesar de llevar cascos, se escucha en la mayor parte del vagón. Quizás piensan que nos ha de gustar a los demás lo mismo que les gusta a ellos. Esto me irrita especialmente cuando voy leyendo, porque impide que me concentre en la lectura.
    Cuando caminamos por la derecha y encontramos a otra persona de frente, la cual no se aparta, teniéndolo que hacer nosotros. Si hay mucha gente transitando, se suele armar un pequeño barullo.
     Quienes sacan la basura justo cuando acaba de marcharse el camión de la recogida.
    Quienes consideran que el suelo es el lugar idóneo para aparcar todo tipo de desperdicios.
Con esto creo que vale, no quiero cargar más las tintas.
¿A qué molesta un poquito el flash disparando continuamente?  Igual, igual que las personas que menciono.