En cualquier lugar del planeta a 8 de marzo
de 2015
LAS
MUJERES DE MI COSECHA QUEREMOS DEJAR CONSTANCIA, Y LEGAR A LAS GENERACIONES
FUTURAS, LO QUE HEMOS CONSEGUIDO CON NUESTRA LUCHA EN POS DE NUESTROS DERECHOS Y
LIBERTADES A LO LARGO DE LOS AÑOS, Y POR TAL MOTIVO TESTAMOS QUE:
PRIMERO.-
Que la lucha no la empezamos nosotras, sino que otras, concienciadas de las
diferencias existentes entre hombres y mujeres, tímidamente ya la habían
iniciado, pero tomamos el relevo con tal
fuerza y nos implicamos tanto en la tarea, que jamás, a pesar de que aún falta
mucho camino por recorrer, se había
visto en toda la historia de humanidad tal empuje y logros.
SEGUNDO.-
Que los hombres no han sido ni son nuestros enemigos, sino nuestros compañeros
de viaje; muchos son los que, con el sentido de la justicia desplegado en sus
corazones, nos han acompañado por trochas y veredas espinosas.
TERCERO.-
Que no criticamos ni menospreciamos a la mujer que optó u opta en la actualidad
por quedarse en casa, para seguir realizando la labor asignada desde hace
siglos, y esperamos que el hombre sepa valorar tan grande entrega a la familia.
CUARTO.- Que muchas de nosotras antes de emigrar,
trabajaron en el campo, y una vez en la ciudad, sin desatender su casa y su
familia, lo hicieron en fábricas y talleres, limpiando casas u oficinas,
cuidando ancianos o enfermos, en oficinas, hospitales, tiendas, o en cualquier
otro oficio o profesión que les permitiera aportar un salario al hogar.
QUINTO.-
Que también muchas, con espíritu de superación y conscientes de su deficiencia,
encontraron, además, tiempo para la lectura y
el estudio, tratando de subsanar la anemia cultural provocada por la falta de alimento que en su
día les negaron.
SEXTO.-
Que con nuestra independencia económica en el bolsillo, nos hemos permitido
pedir el divorcio cuando nuestro compañero no ha sabido o no ha querido, que
caminemos juntos en la misma aventura.
SÉPTIMO.-
Que nos atrevemos a denunciar cuando un hombre no sabe hacer honor a su sexo.
OCTAVO.-
Que hemos aprendido a ser esposas, compañeras y amantes, reclamando nuestro
derecho a disfrutar de la sexualidad plenamente.
NOVENO.-
Que podemos ser feministas sin dejar de ser femeninas.
DÉCIMO.- Que muchas, aun trabajando fuera de
casa, hemos ejercido y seguimos ejerciendo de madres (bendita labor), de hijas
y de abuelas, todo ello al mismo tiempo. Seguimos siendo nosotras, las que
cuidamos a nuestros padres en la vejez, pues parece que todavía la sociedad
actual sigue pensando que dicha función
le corresponde a la hembra y no al varón. En este último campo queda mucho aun
por labrar.
PEDIMOS
A NUESTROS JÓVENES, TANTO HOMBRES COMO MUJERES, QUE ACEPTEN EL LEGADO, Y QUE NO
LAPIDEN LA HERENCIA QUE LES
TRANSMITIMOS, SINO QUE LA
INCREMENTEN , QUE SIGAN CON LA LUCHA INCRUENTA
HASTA CONSEGUIR EN TODOS LOS CAMPOS LA IGUALDAD ENTRE
AMBOS SEXOS, Y QUE NO OLVIDEN DE DAR SU APOYO A AQUELLAS MUJERES QUE VIVEN EN
PAÍSES EN LOS QUE LA
DESIGUALDAD ES TAN GRANDE QUE DUELEN COMO PROPIA.
Firmado:
UNA MUJER
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