Tu compañía fue como el invierno
tiempo oscuro, de sopor y de dormir
mágica droga que me impidió seguir
trillando la mies de mi fuero interno.
Arrullada por ese canto tierno
de ella no se me ocurría prescindir
y la cerradura no intentaba abrir
de trampa sujeta con fuerte perno
Ahora que ya comienzo a despertar
librada de tu espesa celosía,
siento la vida cada luna avivar.
Quiero atrapar mi pasada alegría
quiero de nuevo volverla a encontrar
quiero, sin ti, vivir la vida mía.
Hola Jara, muy bueno tu soneto. Me encanta escribir con técnica y se ve que a vos también. Da trabajo, no es verdad?, pero vale la pena. Lo importante es poder expresar todo un sentimiento en un espacio tan limitado. Perfecto. Un beso.
ResponderEliminarEs un poema precioso que refleja la necesidad de libertad. A veces cuesta prescindir de las ataduras, puede resultar incluso doloroso, pero irrenunciable.
ResponderEliminarUn beso.
Sí, no resulta fácil ajustarse a unas reglas. La rima no la llevo mal del todo, me cuesta más la métrica, pero como me gustan mucho los sonetos los hago, unos me salen mejor y otros peor.
ResponderEliminarUn beso, Luján.
Es verdad que amo la libertad, quizás por eso ando sin pareja, pero como digo en otro poema no he puesto el catel de "agotado".
ResponderEliminarUn beso, Alicia.