domingo, 27 de noviembre de 2011

QUIERO QUE ME QUIERAN ASÍ

 
   Levantó la vista del libro que estaba leyendo y llenaba sus largas horas de hospital, giró lentamente la cabeza hacia la derecha y sus ojos, que no buscaban nada en concreto, se detuvieron en la habitación situada enfrente al otro lado del pasillo. Ambas tenían la puerta abierta. 
   Inclinado sobre la anciana que reposaba en la cama, el joven la acariciaba el rostro, apartando con delicadeza el rebelde mechón blanquecino que le caía sobre la frente. Se inclinó un poco más como si quisiera susurrarla algo al oído. 
   No era adecuado mirar con tanta insistencia, e intentó seguir con la lectura. Imposible, la escena la había atrapado por completo, así que optó por alejarse. Después del paseo por el largo pasillo la escena de ternuras y mimos continuaba, igual que cuando regresó de la cafetería.
   Su mirada era ahora descarada. Con disimulo se acercó a la puerta de la habitación, y preguntó:
-¿Es su abuela?
-No, pero como si lo fuera, mi abuela, mi madre, mi tía, mi amiga... todo, lo es todo para mí.
-Aunque no me oiga, quiero felicitarla, porque para que la quieran así, debe de haber sido una maravillosa y bella persona.
Y pensó, "quiero que me quieran así". 

sábado, 19 de noviembre de 2011

EL ÁNGEL DE MI AMIGA


                            (Para Charo)
Dicen que los ángeles están en el cielo, pero una amiga mía me aseguró que no, que están entre nosotros. Y me contó como se les puede descubrir.
-Son muy, muy tiernos.
-Son la espontaneidad personificada.
-Son de mirada clara.
-Son capaces de inspirarnos la mayor de las dulzuras.
-Son amor en grandes dosis.
-Son ingenuos, sin maldad.
-Son muy agradecidos a cualquier muestra de cariño.
-Son sinceros, desconocen la hipocresía.
-Son risa.
-Son de personalidad muy  especial.
-Son un poco misterio.
Y son muchas cosas más.

Mi amiga conoció a uno, y aunque no era suyo, ella le disfrutaba como si lo fuera. 
Pero su ángel no entendía este mundo, y un día decidió dormirse para siempre.

martes, 15 de noviembre de 2011

LABORES II


                                     ...continuación
Ahora estoy centrada en tejer y tejer, lo mismo que antes lo estuve con los cojines de punto de cruz, los manteles de la Lagartera y el croché. Confeccioné tantos que ya no sabía a quien regalárselos.
Siempre me ha cundido la faena, porque me marcaba y me sigo marcando la tarea diaria, y hasta que no la termino no me voy a la cama, sino no puedo dormir. Mientras contaba las cruces, los hilos y ahora las vueltas, como no puedo distraerme, no pienso en otra cosa. “Dos del revés, dos del derecho”. “Cinco cruces en color amarillo y diez en color rojo”. “Ahora dos puntadas para arriba, después tres para abajo”.Contar, contar, coser, tejer, y mirar el modelo para no equivocarme, aunque, a decir verdad, algunos ya me los sé hasta con los ojos cerrados. Me da mucha rabia si lo hago mal, después tengo que deshacer lo hecho y volver a empezar, y con todo ello pierdo tiempo.
Cinco vueltas en color naranja.
...
Tres vueltas en color marrón.
...
Otras cinco vueltas en color naranja.
...
Creo que le gustará la rebeca, son colores que la he visto muy a menudo en la ropa que lleva.
...
 ¡Ay! Ya me equivoqué. ¡Dios mío! ¡Dios mío! A ver… he hecho dos vueltas mal, eran del derecho y las hecho del revés. Ahora a deshacerlo y hacerlo de nuevo. ¡Con el retraso que llevo! ¡Si este punto de arroz me lo sé de memoria, lo he hecho cien veces! No entiendo como me he podido equivocar de esta manera. Soy una despistada, al final va a ser verdad que, como decía mi marido, no sirvo para nada.
Bueno, intentaré ir mas deprisa y así recuperaré el tiempo que malgaste en desbaratarlo.
           Me ha comentado la asistente social que, cuando vuelva de las vacaciones, puedo salir a la calle, a pasear con una de mis compañeras de piso, pero yo le he dicho que no, más adelante, cuando...
           De momento necesito tiempo, tengo mucho que tejer, por ahora no puedo, no puedo…

sábado, 12 de noviembre de 2011

LABORES I


No sé muy bien por qué lo hacía ni por qué, a pesar de mi nueva situación y de la agradable compañía que ahora tengo, lo sigo haciendo. Lo cierto es que, para sentirme aliviada, necesito, sin concederme una tregua, seguir con esta distracción que  me seduce y me hipnotiza. Este impulso abrasador me tiene enganchada por el mango la voluntad, pero así está bien, porque consigue que tenga la mente y las manos ocupadas.
Creo que terminaré tejiendo bufandas, jerséis y gorros de lana para todas mis buenas amigas del piso. ¡Son tan atentas! Siempre están pendientes de mí, he tenido mucha suerte con ellas, porque exceptuando a mi madre que era la mujer más dulce del mundo, nunca he recibido tanto cariño como ahora, principalmente de las más veteranas.
¡Menos mal que hice caso a mi hermana Isabel! ¿Por qué no me atreví a hablarle antes?
Cuando termine esta rebeca que estoy tejiendo para la psicóloga, a Rosarito, como es muy joven, le voy a confeccionar una bufanda de rayas con colores alegres, para que se le animen y le resalten esos ojos de azul cielo que tiene, y desaparezcan las nubes de tormenta que ahora les cubren. Parece que aún falta, pero pronto refrescará, así que le vendrá muy bien, porque yo creo que en cuanto se relaje un poco, se le cure la pierna y pueda andar, podrá salir a la calle. ¡Ah! Y unos calcetines y unos guantes a juego con la bufanda, así se verá muy bien cuando se ponga las deportivas y los vaqueros de pescador. Pobre, debería estar tonteando con los chicos de su edad, todavía es casi una niña para verse en estos avatares. La quiero como si fuera la hija que no he tenido.
A Claudia, que está siempre seria y apenas se comunica —no sabemos que le ha pasado—, le voy a hacer una chaqueta larga, larga, hasta las rodillas, que parezca un abrigo, para que cuando vaya a trabajar no pase frío, que me parece que anda un poco falta de ropa calentita. Mientras tejo y ella mira la televisión, me gustaría charlar un rato, pero no me atrevo a decirle nada. A lo mejor, cuando le dé el regalo, rompe el mutismo y se decide a hablarme. Estaría bien, sería bueno, sobre todo para ella, porque me da que no tiene a nadie, pues, a no ser que la hayan visitado en estos días que estoy fuera, nunca he visto que alguien viniera a verla. Como es hondureña puede que no tenga familiares aquí, mayor motivo para que se abra un poco y haga amigas. En fin, le daré tiempo.
Nadie me obliga, nadie me lo ha pedido, pero yo siento la necesidad de tejer y tejer, de tener las manos ocupadas, como antes lo hice con el ganchillo y el punto de cruz. Es la única forma de controlar la anarquía de mis nervios. Además, no sé hacer otra cosa.
Las compañeras, al igual que mi hermana, parece que me entienden, porque no se ríen cuando me ven, en cualquier lugar, inmersa en mi quehacer. Tengo mucho que agradecerle a Isabel, desde que lo supo se está ocupando de mí, debía de haber hablado con ella desde el principio, y no permanecer callada como si nada pasara. Ahora me ha traído a la playa para que me distraiga. Lo ha pagado todo. ¡Dios mío, lo que le habrá costado este apartamento! Yo hace mucho tiempo —desde que me casé— que no sé lo que es disponer de dinero. Ya, ya me costaba sisar a mi marido para conseguir mis lanas y mis hilos, prefería quedarme sin comer antes que renunciar a ellos. Él no se daba cuenta, ¡cómo casi nunca estaba en casa! Mejor así, porque el frecuentador de bares, cuando llegaba de “clase”, como él decía —ningún día perdonaba la lección—, nunca sabía por donde me iba a salir.
Me dicen, que cuando vuelva a trabajar, recuperaré por fin mi soberanía, y volveré a ser la que era, pero con más experiencia de la vida. Me gustaría mucho que así fuera, aunque…, lo veo todo tan lejano...
En estos momentos me siento mejor, pero hoy he sufrido mucho durante dos horas. Pertrechada debajo de la sombrilla no me atrevía a sacar las agujas. Me decía: “Carmen ¿qué haces en pleno verano, con cuarenta grados, en la playa, y tejiendo en lugar de bañarte y tomar el sol? ¿No pensará la gente que estás chiflada?” Y esta reflexión me frenaba, aunque me repetía: “Me voy a retrasar, ya podía haber adelantado un montón. Por mucho que lo quiera  recuperar luego, me va a ser imposible terminar lo que planeaba hacer hoy”.
Cómo tampoco puedo leer… ¡con lo que antes me gustaba! Cuando estaba soltera y empezaba una novela, si me enganchaba a ella ya no paraba hasta terminarla, a veces pillaba una verdadera indigestión de letras. Pero ahora, ahora no consigo centrarme en nada que no sean mis labores, sólo ellas me calman y logran que me olvide del resto.
¡Dos horas! No he conseguido relajarme hasta que ha llegado esa señora encantadora que está sentada a mi derecha. Cuando la vi sacar de la bolsa su labor  me dije: “¡Ah! Pues si ella lo hace yo también. Estoy salvada, ya no soy la única”. Y me he puesto a tejer como una descosida. Mi vecina playera me ha dirigido una mirada de complicidad y me ha sonreído. Isabel se ha limitado a mirarme de reojo y no ha dicho nada. Tampoco me suelta  reproches cuando me ve tejiendo en el aseo, en la cocina, en el parque…                                                                                                          ...continua 

jueves, 10 de noviembre de 2011

NO HAY PALABRAS


       






 Adelanto del desfile de Victoria Secret.
 Presupuesto: 9.000.000











Hambruna en el Cuerno de África
Presupuesto diario para comer: 0








¿CUÁNTAS VIDAS SE PODRÍAN SALVAR CON 9.000.000?



domingo, 6 de noviembre de 2011

QUIZÁS DEBAS




Quizás debas pensar
que la luna no siempre sale
que tus sueños son limitado
y que aún necesitas reyes magos...


          Quizás debas estudiar
          otros sentidos de este mundo
          descubrir que hay globos sin color
          y una placidez que nada mata.

          Debes creerte en el derecho
          de morder tu propio límite
          (sin rabia..., con humanidad...)
          y, sin embargo, aspirar a lo inmenso.

          Debes saber que, en medio de todo
          no está el azar. ¡Estás tú!
          y que lo "positivo"
          es que todo sea más feliz por ti.

          Déjate querer más por ti misma
          recuperando la inocente adolescencia
          sintiéndote niña y mujer
          sin limitación de tiempo y espacio.



                     (No es mía, me la dedicó: J.B.R.V.)