martes, 8 de marzo de 2011

TESTAMENTO FEMENINO






En cualquier lugar del planeta,
 a 8 de marzo de 2011






LAS MUJERES DE MI COSECHA QUEREMOS DEJAR CONSTANCIA Y EN HERENCIA A LAS GENERACIONES FUTURAS, LA LUCHA SEGUIDA EN POS DE NUESTROS DERECHOS Y LIBERTADES, Y POR TAL MOTIVO TESTAMOS QUE:

PRIMERO.- Que la lucha no la empezamos nosotras, sino que otras, concienciadas de las diferencias existentes entre hombres y mujeres, tímidamente ya la habían iniciado, pero  tomamos el relevo con tal fuerza y nos implicamos tanto en la tarea, que jamás se había visto en toda la historia de la humanidad tal empuje y logros.

SEGUNDO.- Que los hombres no han sido ni son nuestros enemigos, sino nuestros compañeros de viaje; muchos son los que, con el sentido de la justicia desplegado en sus corazones, nos han acompañado por trochas y veredas espinosas.

TERCERO.- Que no criticamos ni menospreciamos a la mujer que optó u opta en la actualidad por quedarse en casa, para seguir realizando la labor asignada desde hace siglos, y esperamos que el hombre sepa valorar tan grande entrega a la familia.

CUARTO.-  Que muchas de nosotras antes de emigrar, trabajaron en el campo, y una vez en la ciudad, sin desatender su casa y su familia, lo hicieron en fábricas y talleres, limpiando casas u oficinas, cuidando ancianos o enfermos, o en cualquier otro oficio que les permitiera aportar un salario al hogar. También en oficinas, hospitales, tiendas, etc.


QUINTO.- Que también muchas son las que con espíritu de superación y conscientes de su deficiencia, encontraron tiempo para la lectura y  el estudio, tratando de subsanar la anemia cultural  provocada por la falta de alimento que en su día les negaron.

SEXTO.- Que con nuestra independencia económica en el bolsillo, nos hemos permitido pedir el divorcio cuando nuestro compañero no ha sabido o no ha querido, que caminemos juntos en la misma aventura.

SÉPTIMO.- Que nos atrevemos a denunciar cuando un hombre no sabe hacer honor a su sexo.

OCTAVO.- Que hemos aprendido a ser esposas, compañeras y amantes, reclamando nuestro derecho a disfrutar de la sexualidad plenamente.

NOVENO.- Que podemos ser feministas sin dejar de ser tremendamente femeninas.

DÉCIMO.- Que muchas, aun trabajando fuera de casa, hemos ejercido y seguimos ejerciendo de madres (bendita labor), de hijas y de abuelas, todo ello al mismo tiempo. Seguimos siendo nosotras las que cuidamos a nuestros padres en la vejez, pues parece que todavía la sociedad sigue pensando  que dicha función le corresponde a la hembra y no al varón. En este último campo queda mucho todavía por labrar.  

PEDIMOS A NUESTROS JÓVENES QUE NO DILAPIDEN LA HERENCIA SINO QUE LA INCREMENTEN, QUE SIGAN CON LA LUCHA INCRUENTA HASTA CONSEGUIR EN TODOS LOS CAMPOS LA IGUALDAD ENTRE AMBOS SEXOS, Y QUE NO SE OLVIDEN DE DAR SU APOYO A AQUELLAS MUJERES QUE VIVEN EN PAÍSES EN LOS QUE LA DESIGUALDAD ES TAN GRANDE QUE DUELE COMO PROPIA.